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12 Nuestro templo es un trono glorioso,
puesto en alto desde el principio.

13 Señor, tú eres la esperanza de Israel.
Todo el que te abandona quedará avergonzado.
Todo el que se aleja de ti
desaparecerá como un nombre escrito en el polvo,
por abandonarte a ti, manantial de frescas aguas.

Jeremías invoca al Señor

14 Sáname tú, Señor, y seré sanado;
sálvame tú, y seré salvado,
pues sólo a ti te alabo.

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